sábado, 26 de junio de 2010

Horizontes Perdidos I : Almas Olvidadas

En la absoluta oscuridad un pensamiento rompe el silencio sepulcral: “Pienso… y luego existo”. La oscuridad se evapora fugaz y una entidad se ve rodeada ahora por múltiples espejos. “Parece que existo mientras sea plenamente consciente de mi existencia. Si me pienso existo, pero existo para mi. ¿Cómo sabré que existo para el otro? ¿Cómo sabré si soy pensado?”

Los espejos son devorados nuevamente por una oscuridad que amenaza con absorberlo todo, excepto porque ahora frente a la entidad una tenue llama azul cobra vida y tras ésta un rostro apenas puede apreciarse. “¿Qué clase de tiempo es este donde no nos pensamos y, paradójicamente, existimos? Parece que ahora existimos no porque seamos conscientes de nuestra existencia, sino porque alguien o algo nos piensa; y nos piensa de manera distinta a como cada uno de nosotros puede pensarse a sí mismo.”

La oscuridad se disipa para dar paso ahora a una gigantesca metrópoli llena de luces, ruidos y personas. Bajo el cielo nocturno lleno de estrellas, una ciudad se agita incesante. “¿Quiénes son los guardianes de estas noches eléctricas? ¿Quiénes son los responsables de esta abstracción viral? Actuamos y, supuestamente, pensamos, pero la realidad es que nos encontramos atrapados en una red de extraños sueños. Este es un mundo de visiones vacías, de tristezas mortales.”

Ahora la metrópoli se reduce a un extraño hall, a un largo pasillo rodeado de estatuas de tiempos antiguos. Ahora la metrópoli se reduce a un panteón. “¿Cómo no sentirse prisioneros de nuestras propias vidas ante un tiempo como este? Siendo victimas de seducciones asfixiantes, consumiendo manzanas de oro que nos causan dispepsia. Somos como estas estatuas de tiempos remotos, que en su presente –nuestro olvidado pasado- vivieron a plenitud con los horrores que todo sistema puede tener pero con horizontes fijos. Hoy estas religiones mercantiles, propagadoras de un virus coercitivo, nos hacen perder nuestro horizonte. ¿Cuál es el código primario de nuestra existencia en estos tiempos? ¿Egoísmo, Mercantilismo, Consumismo? ¿Dónde demonios queda el humanismo?”

“Luz del alba, danos la fuerza para encontrar nuestra –perdida- reflexión interna” Llueve dentro del panteón, llueven lágrimas, lágrimas congeladas. Aquellos ángeles del ayer que hoy son ángeles caídos. “¿Cómo no sentir nostalgia? ¿Cómo no añorar aquellos tiempos de brillo? Pero aun en esta tristeza mortal, las lágrimas heladas de los ángeles caídos nos revelan una verdad incuestionable: No habrá virus que pueda corromper a la voluntad.”

Las estatuas del panteón empiezan a resquebrajarse, sus fragmentos caen revelando las luces que habitaban en aquellas prisiones de piedra. “Si nos pensamos, existimos. Si actuamos conforme a cómo nos pensamos, daremos más fuerza a nuestra existencia. Entonces, si pensamos en un nuevo tiempo y actuamos por él, un nuevo tiempo existirá y este virus degenerativo se habrá extinguido.”

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