domingo, 18 de julio de 2010

De pronto me entraron ganas de escribir algo alegre...

Cuando pienso esto no puedo evitar reírme de mi mismo, no en un sentido burlesco-peyorativo sino que me causa gracia la cualidad mía que estoy a punto de revelar. Sí, he de admitirlo con todas sus letras, soy una persona sumamente intensa en lo que a emotividad se refiere y creo que eso se traslada a los demás ámbitos de mi vida: persecución y logro de metas, objetivos a futuro, viviendo el presente dentro de una especie de sana sabiduría que arrope momentos de sana locura, entre otras cosas. Si tomamos como cierto eso que dicen que las emociones son el motor del alma, entonces mi alma posee un motor con bastantes caballos de fuerza (jajaja).

Sin embargo, mi emotividad me hace danzar del paraíso de la alegría al abismo de la depresión. Recuerdo a una persona muy especial a quien está frase sorprendió mucho porque “con pocas palabras describes emociones muy fuertes”. Claro, este recuerdo está un tanto parafraseado pero creo que más o menos la memoria va así. Con el tiempo he aprendido a suavizar esa intensidad sin anularla en su pureza: es decir, no dejo de ser intenso, solo he aprendido a llevarlo mejor porque los extremos no son sanos.

¿Sería esto una re-definición de lo que es la intensidad? Si, así lo veo. No se trata de un vivir entre extremos sino de vivir las cosas a plenitud, es decir, viendo en cada acontecimiento una fruta (la experiencia) a la cual debemos exprimir toda su pulpa (el recuerdo de la vivencia) para hacer con ella un jugo (el aprendizaje adquirido) y tomarlo para saciar nuestra alma (internalización de las vivencias).

Hoy me entraron ganas de hablar de la esperanza, del amor, de la trascendencia del alma. Hoy me provocó hablar en varios colores y dejar las tonalidades grisáceas para el análisis crítico de las realidades. Hoy quiero cegarme con la luz y inhalar bastante oxigeno. Hoy quiero llenar mis pulmones con nuevos sueños. Hoy quiero dibujar los planos de nuevos proyectos. Hoy me provoco hablar de cosas alegres.

Y es que luego de estar en un estado depresivo, por varias cosas que he vivido, voy comprendiendo que a pesar de que no entendemos en un primer momento las razones o los sentidos que tienen los acontecimientos a nuestro alrededor, nada aquí es azaroso. Voy comprendiendo que el tiempo es nuestro mejor amigo y la paciencia es nuestra mejor arma. Voy comprendiendo que la perseverancia es el mejor método y que la sabiduría es el mayor tesoro. Voy comprendiendo que las lágrimas (sinceras) son la manifestación de la pureza del alma, que el enorme silencio y la gran distancia no implican abandono. Voy comprendiendo que el apoyo está en los buenos deseos y en las bendiciones emanadas; que nuestras oraciones son radiaciones espirituales que se trasladan en ondas cósmicas; que si bien las relaciones hoy día son fugaces no por esto son falsas.

Sí, he de confesarme también como un curioso del mundo. Y como ser curioso, en mi vive desatada una manía epistemológica por querer comprender todo lo que esté a mi alcance. He de cambiar el sentido de una frase de un célebre juego de rol (Valkyrie Profile) en la que un nigromante a través de un rito solicita la apertura del Nifleheim (infierno en la mitología nórdica). Yo solicito la apertura de todas las dimensiones habidas y por haber no sólo aquí sino allá también, porque hay muchas almas deseosas de saber. El universo lo comprende todo, el alma cósmica está en todos.

Hoy siento con más fuerza que en el pasado la amistad como el más fuerte de los pilares de apoyo, la familia como el mejor seno donde recibir cobijo. La ilusión como el suspiro revitalizador, la decepción como el golpe terapéutico; el amor como la fuente del proceso de humanización, el odio como revelador de las impurezas del alma; la alegría como el brillo de un espíritu y la tristeza como la opacidad del mismo. El orden como un sistema que si bien “regula” en algunos sentidos, en otros constriñe fuertemente; el caos como el batacazo siempre necesario para hacer tambalear las estructuras y ajustarlas a los nuevos tiempos, a las demandas sociales y al proceso de humanización.

Hoy veo con más claridad como estas refracciones componen nuestras almas. Hoy voy acercándome un milímetro más a la comprensión de la plenitud de mi existencia y, con ello, asimismo, voy comprendiendo milimétricamente al universo.

Hoy me deleito con la simplicidad de la vida y me maravillo con su complejidad. Hoy disfruto de un whiskey con los amigos mientras hablamos sobre el pasar del tiempo. Hoy me paro frente al espejo y me veo ya con veinte años mientras me remonto a mis primeros recuerdos. Hoy reviso las gavetas de mi cuarto y entre detalles y cartas de otros momentos, agradezco las cosas que he vivido.

Creo que hoy he descubierto que mi mejor método para meditar es la escritura. Me siento a analizar y a dejar que la energía cósmica fluya en mi interior; voy agradeciendo las experiencias que producen en mi las variopintas ideas que en otros escritos plasmo y apertura mis manos y mi alma para recibir nuevas ideas, nuevas concepciones, nuevas experiencias. Así que hoy me siento, tomo mi regalo más preciado: aquel Mala que me regalaron hace tantísimo tiempo, y medito sobre lo que he vivido y simplemente lo escribo.

Y si mi método de meditación se ve como algo público lo quiero así porque todo conocimiento es poder, y como el conocimiento se construye colectivamente, el poder debe ser de todos. La espiritualidad ha de ser propagada en cada uno de nosotros y esto solo es posible compartiendo nuestros criterios, relacionando nuestras vivencias, aconsejándonos, escuchándonos, comprendiéndonos…y, por sobre todo, humanizándonos.

Hoy perdono vuestras ofensas porque de ellas he aprendido. Hoy recuerdo con alegría las llamas que en varios momentos me han consumido porque de esas cenizas emerjo cada vez con mayor fortaleza. La mayor necesidad es la paz tanto en nuestra mente, como en nuestro cuerpo y en nuestra alma.

¡God is every living soul!

miércoles, 14 de julio de 2010

Horizontes Perdidos (Final) : Entidad

Destrucción total: el orgullo dañino. Intuición: la guía olvidada. Solo quedan ruinas de aquel majestuoso y grisáceo hall; un silencio abrumador y perturbador, y la estela de polvo cósmico que sigue pululando en el aire. El Gran Cristal sigue allí, imponente, pero sus grietas milímetro a milímetro se van expandiendo más. ¿Se podrá contemplar algún día el quiebre total de aquella prisión? ¿Será eso posible?

Una tríada bastante extraña nos ha traído hasta este punto: Una libertad aparente, una racionalidad desencantadora y una sensibilidad esperanzadora. Estas dos últimas, tan incompatibles entre sí parecen haber causado las grietas de esta prisión. ¿Cómo? La primera viene causando la secularización, cada vez más acelerada de nuestra existencia, desmagificando todo a nuestro alrededor, quitándole el sentido a las cosas; la segunda, por su parte, actúa a modo de alarma disparada: tal ha sido el grado de alejamiento con la espiritualidad, que esta sensibilidad aparentemente inherente a todos reacciona haciendo germinar en nosotros la semilla esperanzadora, pone en nuestras mentes la visión del amanecer de una nueva era.

Se oye un susurro. El Gran Cristal empieza a brillar intermitentemente y de pronto su luz torna al cristal transparente y puede verse dentro de él aquella criatura de rostro andrógeno y diez alas. Sus labios parecen moverse y su voz retumba por todo el salón desolado.

“Permítanme tomar la pluma final de esta historia, una historia sobre la cual no sabría decir si su final es un fin como tal o la apertura a la construcción de una nueva historia, a la redacción de una nueva era que no posea un desenlace tan lastimero como éste.

La racionalidad secularizadora y la sensibilidad esperanzadora, aunque antagónicas, son dos ramas del mismo árbol. Es la libertad aparente lo que las une… Pero detenerme en este punto sería iniciar un tratado sobre la libertad y eso nos alejaría de la interpelación que se me ha hecho: ¿Quién soy? O cabría mejor decir ¿Qué soy?”

El hall en ruinas desaparece y ahora el enorme cristal flota en medio del cosmos recién materializado.

“Esto ha sido un viaje bastante extraño. ¿No habéis sentido identificación alguna en todo el recorrido? Reconozco que los pasajes han sido tristes pero para alcanzar la iluminación no puede fantasearse sobre la luz sino hacer consciente la oscuridad. Espero que esta suerte de introducción a la penumbra humana haya despertado algún halo de luz esperanzadora en vuestros corazones.

Aquí me ven, y de aquí no he salido. Mi apariencia no es más que el fruto de la imaginación de mi visualizador. No puedo decir creador porque lo que soy, o lo que represento, no ha sido obra de él. La otra cosa curiosa aquí es que, como os dije, no he salido de esta jaula, por llamarlo de alguna manera, pero pudo darse una conexión entre nosotros…o por lo menos eso espero.

Horizontes perdidos… ¿no experimentáis esa sensación cuando os detenéis a pensar la historia humana? Pudiera decirse que hay metas sociales claras. Pero estas extrañas metas sociales han ido destrozando la finalidad espiritual de cada alma. Además no pretendo hacer aquí una apología a la religión pues mi visualizador no aprecia la religiosidad, su pensamiento gira más hacia la idea de espiritualidad y a la necesidad de contactarnos con nuestro interior para poder apreciar mejor el mundo, desde una perspectiva más humana. Cosa que, aunque pueda parecer increíble, no tenemos.

Reconozco también que este extraño viaje fue fugaz. Pero espero hayáis podido apreciar como en este recorrido hemos olvidado muchas almas, muchas enseñanzas; hemos aniquilado unas quimeras para darle vida a otras; nos hemos contaminado con conductas y comportamientos extraños pero siento que hemos llegado al punto, a esa visión gótica, que no es más que la revelación de una era de transición en la que estamos y que desencadenara, inevitablemente, en un nuevo mundo, posible, si, pero incierto.

Todos soñáis con cambiar el mundo, pero debéis empezar a cambiar tu primero. Sólo así estas anacrónicas y virales estructuras podrán demolerse para abrir paso a algo diferente que, con suerte, quizás sea mejor que lo anterior.

Espero que quienes hayáis realizado este recorrido hayan podido encontrar claves para la superación de esta etapa estancada de la humanidad… ¿Hace falta que diga, pues, qué soy, qué represento?

Soy lo que hace humano a la humanidad. Esa alma cósmica que está encerrada, tristemente, en cada uno de vosotros en vez de andar flotando libre por el universo…

Pero las grietas de esta jaula mía revelan que ya hay algo de humanidad en los humanos. Esperemos, construyendo todos, que esta prisión sea un día abolida por completo…”

martes, 6 de julio de 2010

Horizontes Perdidos IV : Visión Gótica

(Los fragmentos en latín son tomados de un poema titulado Dies Irae “Día de la Ira”)

Junto con la entidad, varios cuerpos cruzan el portal. Pero habiendo dado el primer paso, éstas almas empiezan a brillar, comienzan a cristalizarse y los pequeños fragmentos son arrastrados hacia otro lugar. La entidad decide seguir la estela que dejan aquellos fragmentos para averiguar donde se han unido todos aquellos trazos de existencia.

Un enorme arco gótico es la entrada a un espacioso hall. La estela continúa hasta más allá de la arcada; el gran hall, todo grisáceo, tiene en su centro un enorme cristal que crece y crece cada vez más con cada fragmento de existencia que se plega a su seno. “Al final no somos más que sentimientos de un alma cósmica, un alma que está en todos nosotros, un alma que reconocemos como esa voz interna que siempre nos habla pero que nunca se escucha.”

Y los fragmentos siguen robusteciendo El Gran Cristal. “Amor, Odio, Alegría, Tristeza, Bondad, Maldad, todas éstas son refracciones de una misma fuente. Pero seguimos empeñados en negar nuestros fragmentos.”

“Aquí es donde descansa el alma de la humanidad, lo que la hace humana; pero ocultándonos en mascaras vemos morir miles y miles de soles. Y con su deceso, venimos aquí a llorar clamando por conocer el lugar donde descansa nuestra Alma Mater para poder estar con ella. ¿Pero tendrán algún sentido estas lágrimas? ¿No será algo tarde? ¿Merece ella nuestros sollozos cuando su amor nunca fue perpetuado? A duras penas nos comunicamos entre nosotros, ¿cómo íbamos a esperar comunicarnos con nuestro interior?”

Una lágrima recorre un rostro, cuyas mejillas son acariciadas con compasión. Las lágrimas caen y al entrar en contacto con el suelo un fuerte sismo se desata resquebrajando todo el hall. El grisáceo salón ahora esta cubierto por enormes nubes oscuras. “Dies irae, dies illa, solvet saeculum in favilla. [Día de la ira, aquel día en que los siglos se reduzcan a cenizas]”.

La entidad cae de rodillas al suelo y truenos rompen abruptamente el silencio sepulcral. Empieza a llover en el salón y los rayos caen sin misericordia destrozando el hall. Las centellas parecen fotografiar momento a momento la destrucción de aquel templo mientras la entidad sigue tendida en el suelo sollozando ante el fin de los tiempos. Los rayos caen ahora sobre los fragmentos cristalizados, rompiéndolos y reduciéndolos a una idea que la mente humana no puede concebir: ¡reduciéndolos a nada! Existencias ahora inexistentes, cuerpos ahora sin fuente.

La entidad se levanta encorvada, de su espalda salen diez alas. Un ojo negro, otro blanco y una estrella dibujada en la frente. De rostro andrógeno y con espadas de adamantina como brazos. “cum salvando salvas gratis, salva me, fons pietatis. [Tu que salvas gratuitamente a los que hay que salvar, sálvame, fuente de piedad.]”

Y los rayos caen cada vez con menos piedad mientras la entidad se acerca rauda y veloz al cristal. El salón se viene abajo y la entidad debe danzar ante el réquiem de la destrucción. Ejecutando un gran salto, la entidad apunta sus filosas extremidades hacia el cristal y realiza en él un corte en forma de cruz. “Las lágrimas de los santos en sangre fueron pintadas y los discursos de los cobardes se convirtieron en nada, mutilando los ojos que una vez pertenecieron a Dios. Y con ello pareciera que nuestra dignidad se ha deshecho pero el sol siempre surgirá con ojos limpiadores…siempre”

Una enorme luz cegadora emana del agrietado cristal y acto seguido la tormenta se detiene. El Gran Cristal sigue en pie, imponente. Pero ahora de las cicatrices dejadas por aquella entidad que desapareció con la luz emanan estelas de un polvo cósmico, una lluvia estelar que revela una fuga en la prisión donde estaba encerrado lo humano de la humanidad…

Pero… ¿Quién era esa entidad?

lunes, 5 de julio de 2010

Horizontes Perdidos III : Infección mental

“Indoctrinated minds so very often contains sick thoughts and commit most of the evil they preach against” Cry for the moon – Epica (The Phantom Agony)

Un ventarrón revuelve las rosas negras que cubren el atestado cementerio. “Y la noche se hace cada vez más profunda. Ya esta oscuridad no es aquella que permite reflexión, este tipo de abismo es destructivo, esta oscurana es letal.” La entidad envuelta en aquel torbellino de pétalos fatídicos ve cada vez menos, pero aún envuelta en esta aparente ceguera logra ver destellos de una luz, halos que logran tocarla, halos cuya procedencia se desconoce pero que la entidad no cuestiona.

“Nuevo amanecer, dame luz. Ilumina mis pensamientos errados” Los siniestros pétalos empiezan a cristalizarse encerrando a la entidad en un cilindro hecho espejo. “Lóbrego y embustero espejo, mostrándome el rostro que oculta secretos. Pero por “fortuna” siempre hay un suspiro que da consejos, que revela las verdades que en ti no veo”

Sensaciones, emociones, profundos sentimientos, devociones asfixiantes. Una música se empieza a escuchar y una extraña danza es ejecutada. La entidad danza del supremo amor al odio supremo, rompiendo el espejo con un puño certero. Ángeles de alas negras tocan sus liras melodiosas, los pétalos, negros, que aún flotaban en el aire se tornan rojos. Y la tierra llena de fétidos cadáveres ahora se vuelve un jardín de ensueño. El toque del ángel con pronunciada cornamenta ha ocasionado una elección divina, portadora de un nuevo destino.

Pero un grito rompe el silencio armonioso de aquel campo, ahora sí, “santo”. “Estos son síntomas de una enfermedad purulenta, una enfermedad que es difícil desafiar. Un reto difícil que se torna difícil de superar. Pero menudo contradicción la que plantea la esperanza: una alma deprimida añora una esperanza salvadora, pero a veces la esperanza ocasiona una infección mental que altera la realidad; y aún así en la esperanza reside la cura para este malestar”

“Regrésame a la otra vida, a aquella vida, aquella era donde no habían mentiras, ponme de nuevo frente al espejo, aquel espejo que desnuda verdades” El jardín empieza a arder y las llamas crepitantes son cada vez más grandes. Poco a poco aquel campo de ensueño se reduce a cenizas y de las cenizas surge de nuevo aquel cementerio de rosas negras. “La gente parece seguir siempre el sentido común, pero éste no es precisamente el más común de los sentidos. Las negaciones engendran en nosotros demonios devoradores de voluntades, pero esto pudiera entrar en contradicción con la revelación de las lágrimas de los ángeles caídos –no habrá virus que pueda corromper la voluntad-, por lo que hay que aclarar esa revelación es cierta, que el hecho verdadero es que ella misma [la voluntad] se ha dejado corromper. No intentes pues, convencerme con mensajes que no has intentado siquiera que funcionen en ti mismo. Juez juzgado, siempre acusándonos de cometer pecados que tú también has realizado. ¡Cuan fácil es condenar a los demás cuando uno no se ve a sí mismo!”

Y los cuerpos se levantan para empezar a caminar. Se ven rostros desfigurados pero ¿Quién los ve? Sólo unos ojos desfigurados también. “Quien no ve con claridad, no puede actuar con claridad. No se puede vivir siempre escondido en un cuento de hadas que te aleje de la realidad, sino la sombra de esta enfermedad mental perdurara en la esencia por siempre y para siempre. Y la pureza del alma se verá destruida en el mismo instante en que se ha decido vivir bajo la filosofía del escapismo.”

De los cuerpos que andan unos se caen y se levantan, unos parecen avanzar pero siguen en el mismo sitio, otros se quedan sentados sin parar de llorar, otros van de brinco en brinco no agarrando caminos sino veredas, están aquellos que ayudan a levantar a los otros y aquellos que los empujan. Hay quienes se aconsejan y quienes se insultan, quienes se acercan y quienes se separan, quienes se aman y quienes se matan. “Una mentalidad perturbada ya no acepta consejos, yo no cree en guías espirituales, ya no levanta oraciones. La actitud indómita ahora se torna su aparente salvadora, vive escupiendo, blasfemando, negando. La locura clavó un puñal en sus ojos y sus lágrimas de sangre ahora construyen un nuevo mundo muy diferente a éste, muy alejado de éste. Un rostro lleno de gracia torturada que mientras más parece comprender la realidad, más alejada se encuentra de ella. Los simplismos siempre han parecido ser una salida pero en realidad no son más que agentes tergiversadores. El escapismo nunca será sano.”

La entidad decide dejar de ver como los cuerpos se levantan y reanudan su andar, decide dar media vuelta y seguir su propio paso hacia el enorme portal que contemplo antes de ver desaparecer aquel majestuoso panteón de otro tiempo.

Frente al portal, abierto de par en par, el romántico silencio revela la memoria de batallas ancestrales. Trazos de existencia frente a un corazón todavía lleno de ilusión, admirador de una sabiduría ancestral, buscador de una mística fusión procreadora de energía pura… El génesis de una nueva era.

sábado, 3 de julio de 2010

Frente a un espejo

Sentado estoy frente a un espejo. Pero, ¿Qué clase de espejo es éste, donde no puedo ver mi propio reflejo? Me cuesta mucho describir lo que veo más allá de mí, y me cuesta aún más describir lo que siento dentro de mí. ¿Qué nombre le doy a lo que experimento? ¿Qué nombre lleva el rostro que veo?

Un rostro lleno de gracia es lo que veo, pero de igual manera también veo sufrimiento. Después de todo, ¿Qué rostro sobrevive inmaculado a las fauces del tiempo? No me refiero a arrugas, canas o carcamales; me refiero a las experiencias vividas que cuenta una mirada.

¿Es este espejo una clase de vitrina? Pero las vitrinas se hacen para que se vea lo que queremos mostrar, ¿cómo hacer entonces para ver lo que no se quiere mostrar?

Supongo que esto es lo que llaman confianza: lo que está más allá de mí, lo que refleja el espejo, no me es desconocido. No temo desenmascararme entonces y al mismo tiempo ver su “desenmascaración” en proceso. Si, lo sé, una palabra un tanto fuerte para describir que no hay freno al momento de mostrar la marca de los azotes del tiempo.

Esta es una cercanía relativizada: la paradoja de nuestro tiempo. Me siento frente al espejo y mantengo una conversación con un rostro que no me acompaña y que no acompaño, pero donde, paradójicamente, nos sentimos cercanos. No hay contacto, no hay tacto, pero tal parece que no se necesitan brazos. Hay ausencia de abrazos, de mimos, pero el afecto está allí, puro y cristalino.

Son estas paradojas las que posibilitan el deseo de ir más allá del espejo, de cruzarlo. Lo curioso aquí es ¿qué nuevo sentido se va a buscar? Estando de este lado oigo, veo, siento; pero no saboreo ni olfateo. El espejo revela un rostro con el que puedo charlar pero me muestra una rosa cuyo olor no puedo apreciar, me muestra un dulce que no puedo degustar.

No sólo es el choque entre el tiempo y el espacio, y su posterior pulverización. Se trata también de una reconfiguración total de todos nuestros sentidos. Es una nueva etapa de adaptación demandada por un nuevo tiempo… Hemos sabido adaptarnos bien, hemos sabido sentarnos todos y hablar entre espejos; pero en esta adaptación experimento una sensación que no tiene parangón con algún otro momento; más sin embargo, esta sensación puede darse en cualquier tiempo…

Frente al espejo me pregunto: ¿Con qué nombre describo esto que siento?...

viernes, 2 de julio de 2010

Turbulencia Mental

La lluvia de ideas no se detiene en el interior de una mente ávida de darle interpretaciones a todo lo que acontece a su alrededor. Las imágenes, los olores, las sensaciones, todas ellas son un aluvión de estímulos incesantes que no dan descanso al ser pensante.

Un trueno con su estruendo agita la mente revolviendo los tiempos. Pasado, presente e ideas sobre el futuro se cruzan sobre un mismo tiempo: Añoranzas y anhelos. Y todas las ideas levantan sus manos en aquel gran auditorio, ansiando expresarse, deseando dejar de ser una simple esencia en la oscuridad de una mente y verse cobrar vida en la pluma del escritor o en la acción del militante.

Bailan todas en aquel gran salón portando antifaces, antifaces que cubren los rostros que aun no poseen. Existencias sin cuerpo pero cargadas de una substancia que una vez materializada no puede ser apropiada por un solo intelecto. Una vez que inicia el baile, las ideas danzan por aquí y danzan por allá, paseándose de mente en mente, configurándose de acción en acción.

Pero al interior de la mente que originalmente las concibe la serenidad parece no conocerse. Aunque anteriormente las ideas fueron acaparadas para, bajo justificaciones de toda índole, ejercer dominación (sumisión); hoy, aun cuando igualmente se ejerce influjo a través de ellas, se reconoce que la razón de su existencia está en el hecho de que nacen para ser democratizadas.

Esto permitiría un intercambio de oleadas mentales, un tsunami de ideas, que prolongaría la vida de las mismas al reajustarlas a los nuevos tiempos y robusteciéndose con las sugerencias de cada particularidad. Su voz es nuestra voz, su alma es el alma de todos.

Sin embargo, así como hay ideas que día tras día se forman en una mente, hay otras que se ven extinguirse. No solo es esta lluvia incesante la que atormenta la mente del ser pensante, sino también lo es el fuego crepitante de las ideas que se apagan. Los esquemas cognitivos de la mayoría cada vez se ensanchan menos, cada vez se hacen más homogéneos. Lo tétrico de todo esto es que bajo el romanticismo de la Igualdad las mentes se encuentran amenazadas por un proceso de uniformidad que socavara el libre derecho que tienen las ideas a danzar de una mente a otra, creciendo en el baile, viendo emerger nuevas ideas danzantes.

Realmente el conocimiento representa poder, por ello cada vez se hace más imperiosa la necesidad de que todas las mentes pensantes exterioricemos nuestras turbulencias mentales y les causemos perturbaciones a los agentes uniformadores con éstas ideas que si bien nacen siendo de cada uno, crecen siendo de todos. La emancipación de las diferencias aunadas a la dialéctica constante de quienes piensan una cosa y quienes piensan otra, es la única manera de reconocernos a plenitud. Mientras sigamos desconociendo componentes de nuestra esencia, seguiremos bajo una estática que nos deshumaniza.

Y eso es lo que hoy me perturba: la incapacidad de la mayoría de la humanidad para dejar danzar sus ideas. Es más fácil asimilar que resistir, más fácil repetir que pensar… ¡Que lamentable!