miércoles, 14 de julio de 2010

Horizontes Perdidos (Final) : Entidad

Destrucción total: el orgullo dañino. Intuición: la guía olvidada. Solo quedan ruinas de aquel majestuoso y grisáceo hall; un silencio abrumador y perturbador, y la estela de polvo cósmico que sigue pululando en el aire. El Gran Cristal sigue allí, imponente, pero sus grietas milímetro a milímetro se van expandiendo más. ¿Se podrá contemplar algún día el quiebre total de aquella prisión? ¿Será eso posible?

Una tríada bastante extraña nos ha traído hasta este punto: Una libertad aparente, una racionalidad desencantadora y una sensibilidad esperanzadora. Estas dos últimas, tan incompatibles entre sí parecen haber causado las grietas de esta prisión. ¿Cómo? La primera viene causando la secularización, cada vez más acelerada de nuestra existencia, desmagificando todo a nuestro alrededor, quitándole el sentido a las cosas; la segunda, por su parte, actúa a modo de alarma disparada: tal ha sido el grado de alejamiento con la espiritualidad, que esta sensibilidad aparentemente inherente a todos reacciona haciendo germinar en nosotros la semilla esperanzadora, pone en nuestras mentes la visión del amanecer de una nueva era.

Se oye un susurro. El Gran Cristal empieza a brillar intermitentemente y de pronto su luz torna al cristal transparente y puede verse dentro de él aquella criatura de rostro andrógeno y diez alas. Sus labios parecen moverse y su voz retumba por todo el salón desolado.

“Permítanme tomar la pluma final de esta historia, una historia sobre la cual no sabría decir si su final es un fin como tal o la apertura a la construcción de una nueva historia, a la redacción de una nueva era que no posea un desenlace tan lastimero como éste.

La racionalidad secularizadora y la sensibilidad esperanzadora, aunque antagónicas, son dos ramas del mismo árbol. Es la libertad aparente lo que las une… Pero detenerme en este punto sería iniciar un tratado sobre la libertad y eso nos alejaría de la interpelación que se me ha hecho: ¿Quién soy? O cabría mejor decir ¿Qué soy?”

El hall en ruinas desaparece y ahora el enorme cristal flota en medio del cosmos recién materializado.

“Esto ha sido un viaje bastante extraño. ¿No habéis sentido identificación alguna en todo el recorrido? Reconozco que los pasajes han sido tristes pero para alcanzar la iluminación no puede fantasearse sobre la luz sino hacer consciente la oscuridad. Espero que esta suerte de introducción a la penumbra humana haya despertado algún halo de luz esperanzadora en vuestros corazones.

Aquí me ven, y de aquí no he salido. Mi apariencia no es más que el fruto de la imaginación de mi visualizador. No puedo decir creador porque lo que soy, o lo que represento, no ha sido obra de él. La otra cosa curiosa aquí es que, como os dije, no he salido de esta jaula, por llamarlo de alguna manera, pero pudo darse una conexión entre nosotros…o por lo menos eso espero.

Horizontes perdidos… ¿no experimentáis esa sensación cuando os detenéis a pensar la historia humana? Pudiera decirse que hay metas sociales claras. Pero estas extrañas metas sociales han ido destrozando la finalidad espiritual de cada alma. Además no pretendo hacer aquí una apología a la religión pues mi visualizador no aprecia la religiosidad, su pensamiento gira más hacia la idea de espiritualidad y a la necesidad de contactarnos con nuestro interior para poder apreciar mejor el mundo, desde una perspectiva más humana. Cosa que, aunque pueda parecer increíble, no tenemos.

Reconozco también que este extraño viaje fue fugaz. Pero espero hayáis podido apreciar como en este recorrido hemos olvidado muchas almas, muchas enseñanzas; hemos aniquilado unas quimeras para darle vida a otras; nos hemos contaminado con conductas y comportamientos extraños pero siento que hemos llegado al punto, a esa visión gótica, que no es más que la revelación de una era de transición en la que estamos y que desencadenara, inevitablemente, en un nuevo mundo, posible, si, pero incierto.

Todos soñáis con cambiar el mundo, pero debéis empezar a cambiar tu primero. Sólo así estas anacrónicas y virales estructuras podrán demolerse para abrir paso a algo diferente que, con suerte, quizás sea mejor que lo anterior.

Espero que quienes hayáis realizado este recorrido hayan podido encontrar claves para la superación de esta etapa estancada de la humanidad… ¿Hace falta que diga, pues, qué soy, qué represento?

Soy lo que hace humano a la humanidad. Esa alma cósmica que está encerrada, tristemente, en cada uno de vosotros en vez de andar flotando libre por el universo…

Pero las grietas de esta jaula mía revelan que ya hay algo de humanidad en los humanos. Esperemos, construyendo todos, que esta prisión sea un día abolida por completo…”

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